INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN
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Soltarse y escribir

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Victoria Elizondo fue finalista en LuchaLibro en la pasada edición de Fenal, conoce su historia.

“Escribir me sirve como un medio para canalizar y acercarme a mis emociones”.

Victoria Elizondo es una lectora apasionada que poco a poco fue encontrando en las letras un espacio para crear y expresarse; así se convirtió en escritora. Ella fue finalista en el pasado concurso LuchaLibro que fue parte de la Feria Nacional del Libro de León 2021.

Conoce más de Victoria y su trayectoria.

RCA: ¿Cuáles fueron tus inicios en la literatura y la escritura?

Comencé con el hábito cuando cumplí 13 años. Acostumbraba mucho a revisar blogs y páginas de fanfiction. Después salté a la literatura juvenil, leía sagas distópicas que tenían muchas referencias a la mitología griega y romana. A partir de ahí empecé a explorar distintos géneros y autores, desde entonces la lectura se convirtió en una prioridad para mí. Respecto a la escritura, fue más difícil animarme. Solo tendía a soltarme en diarios personales. Escribí para un público por primera vez gracias a un servicio social de fomento a la lectura llamado Tertulia literaria. Luego lo dejé tres años hasta que me incorporé a dos talleres durante la pandemia: Sor sugar y Abismos.

RCA: ¿Qué te motiva a escribir?

A veces no logro comprender algún tema o momento por el cual atravieso. No entiendo muchas situaciones, mucho menos a mí misma. Escribir me sirve como un medio para canalizar y acercarme a mis emociones. Pienso qué es lo peor que podría pasar en alguna situación y de ahí parto. También los memes o algún video en TikTok.

RCA: ¿Cuáles son los temas y los autores que te inspiran?

Me gusta el terror, lo místico, la muerte y el sueño. Admiro mucho a Mónica Ojeda, a Emily Brontë, a Emily Dickinson y a Julio Cortázar; también disfruto a Elena Garro, a Sylvia Plath y a Juan Vicente Melo. El hambre, el suicidio y la desolación me llaman la atención de sus escritos.

RCA: ¿Cómo fue que te decidiste a participar en LuchaLibro?

Me salió la publicidad varias veces en Facebook. Lo tomé como una señal para probar qué tan sencillo podría ser improvisar una historia con elementos aleatorios. Ya llevaba un par de meses retomando la escritura y vi la oportunidad como un incentivo para seguir creciendo.

RCA: ¿Cómo fue tu experiencia en LuchaLibro y cómo te motivó para seguir escribiendo?

La competencia fue muy interesante. Utilizar máscaras, un seudónimo de luchador y que ni siquiera conociéramos nuestros nombres reales aún tras bambalinas le daba más tensión al concurso. Gaby y su equipo fueron muy amables. Tuve que prepararme un rato. Entrené, podría decirse. Gracias a LuchaLibro me empapé de este género y descubrí otra faceta en la narrativa que puedo llegar a crear.

RCA: ¿Siendo una joven escritora, qué representa asistir y participar en la Fenal?

Considero que es un espacio de encuentro entre diferentes lectores, el cual permite hacer un intercambio de ideas y promueve un ambiente de comunidad. Me ayuda a conocer lo que están haciendo otros artistas, no solo escritores en la ciudad.

Instrucciones para el último baño

Una vez escuché, leí… o tal vez vi, que morir ahogada era la manera más noble de dejar de existir. Al cuerpo se le difumina el alma entre dos elementos: la sangre, pesada en la memoria, se ablanda gracias al prejuicio puro del agua. Balanceando las temperaturas de ambas sustancias, según el criterio propio, podemos acercarnos a un ensueño si preparamos nuestros cuerpos. Para llegar a este punto, es necesario recorrer diferentes escenarios espirituales, no importa donde hayas comenzado, todxs partimos de la ignorancia.

Es tu decisión si optas por gastar en los servicios de un muchacho ojeroso y tatuado, que seguramente en cada sesión se apoyará del diccionario de símbolos más cercano. Quizás, hablará de manera pausada y te recalcará en cada oración que “la combinación de tus cartas es muy interesante”. Solo procura no frecuentarlo muy seguido, terminarás pagando las cervezas también. Tampoco frunciré el ceño si me dices que comenzaste leyendo el horóscopo del periódico vespertino, menos si priorizaste el de tu pareja sobre el tuyo. Así inició la chica que tiene cita hoy a las seis. Y por fin, después de meses en la lista de espera, ya le toca.

Se llama Regina. Aparenta unos veintidós, pero ya pasa de los treinta. Tengo entendido que trabajó en Presidencia varios años. Llegó aquí con una carga energética muy pesada. A simple vista, parecía una persona limpia. El perfume de la mañana la perseguía hasta la hora de fumar, sin embargo, había detalles que la delataban. El cabello, muy bien peinado, tenía orzuela. La camisa blanca que usaba, en lugar de iluminarle el rostro le contrastaba las ojeras. Yo creo que le pesaban tanto que ni la mirada podía despegar del suelo. Tenía las uñas disparejas: unas rotas, las de los pulgares mordidas, algunas con restos de esmalte.

En la primera visita me tocó darle el recorrido por las instalaciones. Le mostré las salas de meditación. Como era marzo, estaban pintadas las paredes de naranja. La terraza apenas la estaban acondicionando, solo pudo observar cómo las macetas de malvas resistían al polvo de las obras. Vio los cuartos en silencio, hizo unas cuantas preguntas sobre el procedimiento y cada que salíamos de una habitación, empujaba con la mano abierta las puertas de madera, como si tratara de asegurar que las puertas estuvieran bien cerradas.

En ese entonces los baños del segundo edificio ya estaban acondicionados. Creo que no te lo he comentado, pero esas tinas fueron restauradas por el hijo de Socorro, la hermana de la dueña. Él mismo las consiguió de varias casas abandonadas, en su trabajo no les importó. El muchacho tenía un amontonadero de porcelana en la cochera y conforme iba reparando las piezas fue trayéndolas de una en una hasta acomodarlas en los cuartos rojos. Como has visto, en el edificio no hay muchas puertas. Las habitaciones se conectan y es muy fácil apreciar lo que hace el vecino. Una tiene que aprender a que se le quite lo fisgón si desea pasar por ahí. El único baño que tiene la privacidad necesaria es el último, el que tiene la tina en forma de corazón.

Se había planeado que también fuera rojo, sin embargo, los materiales no alcanzaron. Mandaron comprar el material que se necesitaba, pero el muchacho del encargo se confundió y trajo los materiales en rosa. Al menos combina, además sirve de pretexto para elevar un poco el precio del paquete. Aunque, he de confesar que es un poco más difícil de limpiar. Por eso siempre huele a cloro.

Regina lo notó. Acababa de explicarle los diferentes métodos que utilizamos para garantizar un descanso seguro en cuerpo y alma. Le iba a pasar un folleto que contenía las etapas y reglas de las habitaciones cuando decidió ignorarme. Atravesó tres cuartos, sin preguntar se dirigió al baño rosa. Tocó la puerta con la palma extendida, esperó a que estuviera atrás de ella y abrió la puerta: “Quiero sanar aquí”. Dijo y pagó un adelanto.

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Una vida siendo #FanFenal

Texto Jorge FloresDel 17 al 26 de mayo, la Feria Nacional del Libro de León, Fenal, celebrará 35 ediciones. Al festejo están invitados decenas de autores y autoras representativos de la literatura contemporánea en México y en otras latitudes; además, contará con actividades en torno a ciclos especializados sobre tres temas: Contracultura, Salud mental y Cómic. Una edición que conmemora una Feria que generación tras generación une a las y los leonesas con la literatura.No conservo un recuerdo nítido de mi primera visita a la Fenal, pero tampoco puedo rememorar mi vida, mi infancia, mis viajes escolares, los domingos en familia y las tardes libres en las que, en tiempos de Fenal, no haya visitado, primero el Centro de Convenciones y luego el Poliforum. Para mí, como para muchos leoneses, la Feria Nacional del Libro es inherente a la memoria; un evento identitario que ha estado ahí, crecimos con ella y hoy somos cómplices y testigos de que otros crezcan entre libros, música y arte. Son 35 años y León sigue siendo #FanFenal. Esta trigésima quinta edición de la Feria Nacional del Libro de León simboliza una inflexión en la vida cultural de la región; un evento que comenzó como un esfuerzo para acercar la literatura a las infancias y juventudes de una ciudad económicamente emergente, y que hoy es un referente nacional en cuanto a formación de público literario con la presencia de grandes escritores y escritoras; porque el compromiso de la Fenal con sus asistentes abarca una experiencia artística y formativa multidisciplinaria. Este año, la Feria entregará su tradicional Reconocimiento Compromiso con las Letras a una figura internacional. Se trata de la periodista y escritora Rosa Montero (Madrid, 1951), personaje estelar de las letras hispanas, autora de obras como La Hija del Caníbal (1997) o La ridícula idea de no volver a verte (2013), su trabajo como periodista es igualmente reconocido por su estilo narrativo único y su perfil como una de las grandes entrevistadoras a nivel mundial. Además de recibir el galardón, Rosa Montero llega a la Fenal 35 con una serie de actividades en el programa de esta edición: el viernes 17 de mayo presentará su libro El peligro de estar cuerda (2022), el sábado 18 realizará la conferencia Una poética personal, sobre la escritura y la creación literaria, y para el domingo 19 encabezará la mesa sobre crónica Cuentos Verdaderos en la que también estará presente el escritor jalisciense Hiram Ruvalcaba. Una serie de actividades para aprovechar la visita, el talento y la experiencia de la escritora española. Acompañando a Rosa Montero, el programa literario contará con otras interesantes propuestas como el caso de Alice Kellen, también española nacida en Valencia que con alrededor de 17 libros publicados en 10 años de carrera se ha convertido en todo un fenómeno digital en cuanto a literatura juvenil se refiere. Para la Fenal 35, Alice Kellen realizará la charla: Una vida entre personajes y emociones. También tendremos la presencia de Benito Taibo y su libro Cuatro veranos, Gaby Pérez Islas con La muerte del amo, Liliana Blum y su colección de relatos Un descuido cósmico, y Mónica Lavín con El lado salvaje. Así mismo, contaremos con la presentación de Hernán Lara Zavala y El último carnaval, de Sofía Guadarrama con Las soldaderas, del ya mencionado Hiram Ruvalcaba con su cruda novela Todo pueblo es cicatriz, y también del historiador y escritor Juan Miguel Zunzunegui con Falsificar la historia. Trino regresa a la Fenal con su nuevo libro Crónicas de un dandy, mientras que Alma Lozano llega con una serie de consejos con Por amor a mí, la periodista Denise Dresser presentará ¿Qué sigue? y Ekaterina Álvarez realizará la presentación editorial de su libro ilustrado para niños y niñas ¿Dónde está el arte? No podemos dejar de mencionar a Olivia Teroba y su libro El dinero y la escritura, una edición de Sexto Piso en colaboración con Fenal Permanente; también vendrá Mario Bellatin a presentar Diwan I, entre muchos escritores y escritoras más que se darán cita en esta fiesta literaria. Ellas y ellos son solo algunos de los nombres que componen el diverso programa literario de la Feria Nacional del Libro de León, que en este 2024 se enmarca con tres temas que le dan forma a los ciclos especializados: Salud mental, Contracultura y Cómic. Diversos factores han convertido a la salud mental en un tema prioritario dentro de la agenda social, hemos reconocido que el autocuidado y la necesidad de convivir armónicamente con nuestro contexto es cada día más importante; por esa razón, la Fenal dedicará un ciclo especializado para invitar a las y los asistentes a conversar en torno a ésta y compartir herramientas y experiencias. Como parte del ciclo se realizará la mesa de diálogo ¿Cómo romper el silencio en torno a la salud mental? a cargo de Yvonne Flores y Anamari Gomís. Yvonne es neuropsicóloga, académica y psicoterapeuta que ha realizado reconocidas investigaciones como Evolución del funcionamiento cognitiva en esquizofrenia, mientras que Anamari es una escritora y profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que, entre otros libros, publicó Los demonios de la depresión. Ellas iniciarán una conversación acerca de la importancia de visibilizar la salud mental como una prioridad social, un tema que se ha vuelto urgente luego de que la Organización Mundial de la Salud fijó el 2030 como el año en que las enfermedades mentales, encabezadas por la depresión, serán la principal causa de incapacidad en el mundo. En este ciclo, el público también podrá participar en la charla Vivir con dolor, donde estará presente Arnoldo Kraus, médico y escritor que, junto a una prolífica trayectoria editorial, es constante colaborador de medios como El Universal, Letras Libres y Nexos. A su lado estará Mauricio Montiel Figuerias, narrador, ensayista, traductor y editor que, entre otros libros, cuenta con Un perro rabioso. Noticias sobre la depresión (2021) y El Funeral (2023), que este año presentará en Fenal. Esta charla abordará la conexión que existe entre el bienestar físico y el mental, y cómo es que esas dolencias psíquicas que nos guardamos ―mecánicamente o por miedo― necesitan ser visibilizadas para mejorar integralmente nuestra calidad de vida. A manera de homenaje y para recordar el legado del recientemente fallecido escritor José Agustín, el siguiente ciclo especializado versará sobre la Contracultura. Tendremos el conversatorio: José Agustín y la Contracultura, que tendrá la participación estelar de Agustín Ramírez, escritor, periodista e ilustrador, quien además de ser hijo del homenajeado, es un prolífico periodista cultural. Si bien la contracultura hace referencia a los movimientos artísticos, culturales y sociales de la juventud mexicana de los años 60 y 70, hoy en día la línea delimitante de ese concepto es difusa y a veces controversial, a partir de ese dilema nace la mesa de diálogo ¿Dónde está la contracultura hoy en día? moderada por Emiliano Escoto, subdirector de la revista Generación y coordinador de la plataforma de streaming de cine independiente Visiones. La mesa estará conformada por la periodista Georgina Hidalgo Vivas, quien entre otras publicaciones tiene Vodka Naka (2014), una recopilación de crónicas durante su tiempo como corresponsal de Rusia Today en Moscú; junto a ella estará también Alejandro González del Castillo, periodista cultural, editor de Revista Marvin y autor del libro recopilatorio de crónica musical Manual de Carroña (2020). Para cerrar los ciclos especializados, el tercer tema es el Cómic, un formato narrativo que gráficamente materializa renglones para construir sorprendentes historias y personajes legendarios. Un par de décadas para acá, el cómic ha logrado contagiar a un público más extenso, gracias a su proliferación en formatos como el cine y las series televisivas. El fandom ha crecido y esto ha permitido una mayor inversión para la creación, difusión y publicación del 9° arte, lo que ha beneficiado de manera directa a todos sus seguidores, mayor oferta y más accesibilidad. Por esta razón y por lo significativo en la narrativa, el cómic será uno de los temas que se discutirán y analizarán en esta edición. La Fenal es también un espacio para el crecimiento profesional de las y los autores que visitan nuestra fiesta, así seremos la sede del 5° Congreso Internacional de Narrativa Mexicana Contemporánea, en donde investigadoras e investigadores de 27 instituciones educativas, tanto nacionales como internacionales, hablarán sobre la diversidad de propuestas creativas de autoras y autores mexicanos nacidos de 1960 en adelante. El Congreso tendrá lugar el 22, 23 y 24 de mayo. Y como cada año, junto a la oferta literaria, la Feria presenta un programa artístico de gran calidad para toda la familia, en el que además de exponentes nacionales e internacionales que nos acompañan cada edición, se abren espacios para artistas y compañías locales a través de la convocatoria para talento artístico. Para esta edición se recibieron un total de 74 propuestas, las cuales fueron calificadas por un jurado conformado por Bawixtabay Torres Chacón, Fátima Iseck Iracheta Muñoz y Mariano Alfonso Ruíz Cervantes, beneficiarios vigentes del Sistema de Apoyo a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC). De entre todas, se seleccionaron 12 propuestas de distintas disciplinas como música, teatro, narración oral y artes visuales. Ojo Negro Teatro presentará el espectáculo de títeres El Regalo, EnSeña Teatro nos invitará a aprender con Palabra por seña, mientras que Teatro Andante ejecutará Axolotl: gran monstruo de agua, y por su parte, Gitanas Teatro nos hara reír con Meche, aventuras callejeras. En lo que respecta a la música, Juan Carlos Torres Cuéllar interpretará Canciones divertidas para una cultura de la paz, Canta mamá hará lo mismo con Haramara y la conciencia del agua, mientras que La Real Orquesta Meraki presentará León en Danzón, Cha y Mambo, Gato Negro Jazz y No Jazz Band realizarán un concierto con causa llamado 4 visiones del swing, Ilnamiqui Ensamble nos trae Paridad y Tradición en México y, además, tendremos la presentación de Bajofonías. Sumado a esta oferta, el colectivo Visuales Perros ha preparado un espectáculo multidisciplinario llamado Galaxias Narrativas: cuentos interactivos de ciencia ficción. Y en narración oral, Teatro de los Sueños llega con Ahuehuetes, historias de niños de más de 60 años. La Feria Nacional del Libro de León celebra 35 ediciones y en esos años, ya sea comprando tu libro favorito, escuchando a tu autor preferido, participando en un divertido taller o simplemente recorriendo sus pasillos de la mano de tus padres, todos y todas hemos sido #FanFenal.

Cristina Rivera Garza: en constante diálogo con la tradición

Texto de Margarita VázquezEste año, en la edición 31 de la Fenal, el Reconocimiento Compromiso con las Letras será otorgado a Cristina Rivera Garza, narradora, cuentista, poeta, crítica, ensayista y académica que coordina el primer doctorado en Escritura Creativa en español en Estados Unidos, en la Universidad de California; además es una de las voces más relevantes en la literatura mexicana contemporánea. Cristina Rivera Garza nació en 1964 en Matamoros, Tamaulipas. Toda su vida ha sido un ir y venir entre las fronteras geográficas y de géneros literarios. En 1984, a los veinte años y mientras estudiaba sociología en la UNAM, ganó el primer lugar en el concurso Punto de Partida, en la categoría de poesía. Este sería el primer antecedente formal en su fructífera y variada carrera como escritora. Posteriormente, fue acreedora al Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí en 1987, el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero en 1997, el Premio Nacional Juan Vicente Melo en 2001,  el Premio Anna Seghers en 2005, el Premio Excelencia en Las Letras José Emilio Pacheco en 2017 y ha sido en la única escritora en ganar el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en dos ocasiones, en 1997 y en 2009. En el formalismo ruso el "extrañamiento" es la presentación de objetos cotidianos en versiones inesperadas que sacuden la comodidad del lector. Este "extrañamiento" se puede ver en la obra de Cristina rivera Garza, así como la sutilidad con la que aborda la historia, teoría, estética y un quehacer literario propio, como en las novelas Nadie me verá llorar (1999), donde combina una investigación histórica con su trabajo literario; La cresta del Ilión (2002), con el abordamiento de la memoria poética de Amparo Dávila; La muerte me da (2007) con la novela negra y la figura de Alejandra Pizarnuk, y en El mal de la taiga (2012), a través de la densidad de os afectos. En una de sus novelas más conocidas, Había mucha neblina o humo o no sé qué (2016), dialoga con Juan Rulfo buscando más allá de la figura mítica del autor y en su más reciente libro Autobiografía del algodón (2020), “retoma el paso del entonces joven escritor José Revueltas en el noreste de México y su labor como organizador de huelgas de trabajadores agrícolas en la década de 1930”. En estos dos libros, se puede ver otra de las características de su obra: un diálogo constante con la tradición y con sus propias genealogías lectoras. Así mismo, una (re) escritura de la Historia a través de la historia con hache minúscula.El Reconocimiento Compromiso con las Letras es el máximo galardón entregado por la Fenal. En años anteriores este premio ha sido otorgado a Élmer Mendoza, Antonio Malpica, Amparo Dávila, Eugenio Aguirre, Margo Glantz y Juan Villoro; autoras y autores con una trayectoria y una obra de primera. Sin duda, Cristina Rivera Garza, tiene más que merecido este reconocimiento por ser una de las escritoras más originales de la literatura mexicana y con un corpus que podría definirse como: una (re) construcción de la memoria que cruza límites y en la que vale la pena sumergirse.

Historias de valor para la infancia

Texto Edgar A. Aguirre VegaDiversa es una de las tantas palabras con las que hoy en día podríamos definir a la literatura. ¡Maravillosa diversidad! Y así como en lo es en general, también en lo particular; pues cada uno de los géneros aborda y emplea numerosas formas y formatos para presentar sus variados contenidos. La literatura infantil, por ejemplo, ha evolucionado, ha dejado de ser un género pequeño y de simple ocio para entrar a las grandes ligas, se ha vuelto un abanico de enormes posibilidades, una industria que ya no da marcha atrás.Podemos acercarnos a valorar los libros infantiles y juveniles desde diferentes parámetros, como el histórico, el literario o el ideológico, pues las funciones de la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) pueden resumirse en tres: iniciar el acceso a la representación de la realidad compartida por una sociedad, desarrollar el aprendizaje de las formas narrativas y servir como vehículo comunicativo y socializador de las nuevas generaciones.1 Aunque no siempre fue así; en América Latina, en la época precolombina, la oralidad fue la principal herramienta para que niñas y niños conocieran las historias que rodeaban a sus pueblos, mitos y leyendas eran compartidas pero sin ser realmente un producto para las infancias. Lo mismo sucedió en la Colonia, pues el sincretismo cultural únicamente propició el surgimiento de relatos como las fábulas moralizantes y sus objetivos puramente adoctrinantes. Durante la época de la colonia se trajeron libros infantiles impresos en España con un carácter pedagógico con el fin de educar a la infancia. Eran libros que presentaban valores patrióticos, morales y religiosos con niñas y niños modelos, obedientes y estereotipados. Solo a finales del siglo XIX encontramos a los verdaderos precursores de una literatura infantil auténtica que van a cambiar la sensibilidad y el modo de escribir. Van a aparecer ahora unos libros de carácter estético cuyos autores consideran al niño como receptor de estas lecturas. Estos nuevos escritores van a impulsar una literatura más libre protagonizada por niños reales que viven situaciones comunes a la realidad de Latinoamérica.2 La conciencia y plena visibilidad de la infancia y de lo que ésta representa permitió también la aparición de grandes figuras como el cubano José Martí, considerado el creador de una literatura infantil con rostro propio, escribiendo directamente a niñas y niños a través de La Edad de Oro, revista mensual que estaba «dedicada a los niños de toda América para que sepan cómo se vivía antes y se vive hoy en América y en las demás tierras». Los cuentos y poemas de José Martí constituyen un hito en la literatura infantil latinoamericana porque consideró al niño como receptor de lecturas. «Los niños saben más de lo que parece» escribe Martí estableciendo el perfil del niño al que se dirige: curioso, activo y con una capacidad receptiva superior a la que por entonces el sistema escolar tenía en cuenta.3 Así, en una larga lista y una extensa historia, se suman destacados precursores de esta literatura infantil latinoamericana: Rafael Pombo (Colombia), Monteiro Lobato (Brasil), Marcela Paz (Chile), Nicolás Guillén (Cuba), Carmen Lyra (Costa Rica), Joaquín Gutierrez (Costa Rica), Gabriela Mistral (Chile), Rubén Darío (Nicaragua), Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri (México), Rafael Rivero Oramas (Venezuela), Pascuala Corona (México), Horacio Quiroga (Uruguay), Constancio C. Vigil (Argentina), José Sebastián Tallon (Argentina), Aquiles Nazoa (Venezuela), Óscar Alfaro (Bolivia) y Juana de Ibarbourou (Uruguay). Es tal la relevancia y el valor que este tipo de literatura ha logrado a través del tiempo, que desde 1967 —cada 2 de abril y coincidiendo con el nacimiento de Hans Christian Andersen— se celebra el Día Internacional del Libro Infantil, fecha instaurada por IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil), colectivo internacional que busca un mejor entendimiento entre los pueblos a través de la literatura infantil, así como garantizar el acercamiento de la infancia a los libros. Anualmente, IBBY México publica una guía de libros infantiles y juveniles, una herramienta útil para quien desee identificar lecturas para el hogar, el aula o la promoción de la lectura. La lista se realiza a través de leer, evaluar y seleccionar novedades enviadas por las editoriales a un Comité Lector, y es clasificada por etapas: pequeños lectores, los que empiezan a leer, los que leen bien y grandes lectores. Además de la ficha bibliográfica, se integran la sinopsis, comentarios, temáticas, premios o reconocimientos, y un distintivo a aquellos catalogados como favoritos del comité. En 2023, por ejemplo, la guía —en su edición 35— destaca el trabajo de escritoras y escritores como Abigail Rodríguez Contreras (México) con Arrullo de luciérnagas. Nanas en lenguas originarias de Puebla, ilustrado por Amanda Mijangos y Armando Fonseca; María Baranda (México) con Buscando a Sapo, ilustrado por Mariana Roldán; Micaela Chirif (Perú) y El mar, con ilustraciones de Armando Fonseca, Amanda Mijangos y Juan Palomino; Alexandra Castellanos Solís (México) con Gigante; José Ignacio Valenzuela (Chile) con ¿De qué color es tu sombra?, ilustrado por Pamela Medina; Verónica Prieto (Chile) con En la verde colina, e ilustraciones de Scarlet Narciso; Clementina Equihua (México) y ¿Cómo se protegen?, ilustrado por Amanda Mijangos; Roger Ycaza (Ecuador) con Clic; Cecilia Pisos (Argentina) con Coplitas con Preguntón, ilustrado por Eleonora Arroyo; Gabriela Olmos (México) con El sueño de los dioses y otros cuentos huicholes, ilustrado por José Benítez Sánchez; John Fitzgerald Torres (Colombia) y la ilustradora Paula Ortiz con La luna es un renacuajo; Verónica Murguía (México) y Mi monstruo Mandarino, con ilustración de Dani Scharf; Eduardo Otálora Marulanda (Colombia) y Mi primer Quijote, ilustrado por Paola Acevedo; Monique Zepeda (México) con Nicolás dos veces, ilustrado por Cecilia Rébora. El camino ganado no es cosa fácil, mucho menos con la brutal competencia que existe hoy en día en prácticamente todos los ámbitos. El papel de las editoriales es fundamental y notorio, la calidad de contenidos, formatos y, por supuesto, escritores e ilustradores es vital. A lo largo de Latinoamérica, existen casas editoriales y sellos que accionan y abonan al desarrollo de la literatura infantil, de entre ellas, los siguientes ejemplos: En México, Ediciones El Naranjo, Petra Ediciones, Ediciones Tecolote, Alboroto Ediciones y el Fondo de Cultura Económica con su colección A la orilla del viento; en Argentina, Pequeño editor, Limonero Ediciones, Editorial Ojoreja, Ediciones Iamiqué y Ediciones Urano; en Venezuela, Ediciones Ekaré y Playco Editores; en Colombia, Babel Libros, Editorial Tragaluz, Editorial Rey Naranjo, LuaBooks, Grupo Educar, Editorial Monigote y Cataplum Libros; en Brasil, Pallas Editora; en Chile, Editorial Amanuta y Editorial Forja, y en Perú, Editorial Crecer. Mientras que SM, Planeta, Penguin Random House, Libro del Zorro Rojo y Norma Editorial son algunas que no pertenecen al continente, pero sí mantienen una fuerte labor editorial dentro del territorio. Hoy, sin duda, una de las más sanas y robustas comunidades es la de la edición infantil, amplia, heterogénea y muy creativa, porque en ella se desarrollan muy diversos perfiles editoriales y porque el libro como objeto se interviene, a diferencia de otros sectores, de manera que pueda reunir distintos lenguajes para encantar y deleitar al lector. No solo el texto ocupa un lugar preponderante, sino que las ilustraciones, el diseño y el soporte mismo hacen parte de la mirada del editor. Por eso, cuando hablamos del tradicional oficio de editar, en el caso de los libros para niños, nos estamos refiriendo a una tarea más poliédrica y compleja.4 El valor de la literatura infantil es innegable, aunque también lo es la delgada línea de lo que se puede y no considerar como tal; las estructuras, temáticas, formatos y necesidades hacen que exista una enorme, muy enorme —y quizás hasta peligrosa— diversidad de productos, muchos de los cuales no ofrecen ni contribuyen a objetivos como la formación de lectores o el acercamiento a una literatura de calidad, sino que buscan fines meramente comerciales. …¿Y qué cosa es una literatura de calidad? Yo creo que es la que enseña a confiar a los niños en la palabra y que los adentra en el mundo del lenguaje, en la construcción del sentido a través de la palabra. Por eso es importante no caer en la idea de que porque los niños lean vayan a ser mejores personas o por alguna aproximación al libro va a haber un efecto mágico que nos convierta en algo mejor de lo que somos. Los libros no nos eximen del trabajo sobre nosotros mismos y de la responsabilidad que tenemos hacia los niños. Parte de esa responsabilidad es producir, escribir e ilustrar libros de calidad: que fomenten el espíritu crítico, que permitan un ejercicio de la libertad creativo, que convoquen a los lectores a forman parte, sin caer en lo panfletario o en lo didactista5, menciona la escritora peruana Micaela Chirif. Los retos siguen siendo muchos, pero la distancia recorrida y los avances son abismales en comparación con algunas décadas atrás. Los pabellones y programaciones infantiles en las ferias de libros son fundamentales y necesarios; la Feria Nacional del Libro de León, Fenal, es un claro ejemplo de ello —basta recordar que inició como Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil en 1990—, donde edición con edición se busca abordar y atender a la niñez con perspectivas que permitan la reflexión, el análisis y el entretenimiento a partir de las letras. El panorama de la literatura infantil en Latinoamérica se ha consolidado y ahora es protagonista en infinidad de espacios; acerquémonos. Referencias 1La literatura infantil y juvenil en las bibliotecas: fomentando el cuidado de la infancia | Extensión Universitaria en Sevilla | UNED. (s. f.). https://extension.uned.es/actividad/idactividad/32257 2Al. (2013, 30 julio). Informe LIJ. Precursores de la Literatura Infantil y Juvenil en América Latina. OBJETO:LIBRO. https://objetolibro.wordpress.com/2013/07/27/informe-lij-precursores-de-la-literatura-infantil-y-juvenil-en-america-latina/ 3Ibid. 4Team, L. (2023, 21 mayo). Edición de libros para niños, un contexto particular - Latin American Literature Today. https://latinamericanliteraturetoday.org/es/2023/03/edicion-de-libros-para-ninos-un-contexto-particular-2/ 5Sáliche, L. (2019, 15 noviembre). La literatura infantil y juvenil en América Latina, en la mirada de tres autores. Infobae. https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/11/15/que-momento-atraviesa-la-literatura-infantil-y-juvenil-en-america-latina/ -Editor Anonimo. (2023, 30 marzo). Las mejores editoriales infantiles de Latinoamérica - Editoriales Infantiles2022. Editoriales Infantiles. https://www.editoriales-infantiles.com/mejores-editoriales-infantiles-de-latinoamerica/ -Literatura infantil latinoamericana, Fanuel Hanán Díaz. (s. f.). https://www.dondevivenloslibros.com/2011/08/literatura-infantil-latinoamericana.html -Guía de libros infantiles y juveniles IBBY México 2023, https://www.ibbymexico.org.mx/wp-content/uploads/2023/03/Guia_IBBY-Libros_2023.pdf