INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN
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Soltarse y escribir

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Victoria Elizondo fue finalista en LuchaLibro en la pasada edición de Fenal, conoce su historia.

“Escribir me sirve como un medio para canalizar y acercarme a mis emociones”.

Victoria Elizondo es una lectora apasionada que poco a poco fue encontrando en las letras un espacio para crear y expresarse; así se convirtió en escritora. Ella fue finalista en el pasado concurso LuchaLibro que fue parte de la Feria Nacional del Libro de León 2021.

Conoce más de Victoria y su trayectoria.

RCA: ¿Cuáles fueron tus inicios en la literatura y la escritura?

Comencé con el hábito cuando cumplí 13 años. Acostumbraba mucho a revisar blogs y páginas de fanfiction. Después salté a la literatura juvenil, leía sagas distópicas que tenían muchas referencias a la mitología griega y romana. A partir de ahí empecé a explorar distintos géneros y autores, desde entonces la lectura se convirtió en una prioridad para mí. Respecto a la escritura, fue más difícil animarme. Solo tendía a soltarme en diarios personales. Escribí para un público por primera vez gracias a un servicio social de fomento a la lectura llamado Tertulia literaria. Luego lo dejé tres años hasta que me incorporé a dos talleres durante la pandemia: Sor sugar y Abismos.

RCA: ¿Qué te motiva a escribir?

A veces no logro comprender algún tema o momento por el cual atravieso. No entiendo muchas situaciones, mucho menos a mí misma. Escribir me sirve como un medio para canalizar y acercarme a mis emociones. Pienso qué es lo peor que podría pasar en alguna situación y de ahí parto. También los memes o algún video en TikTok.

RCA: ¿Cuáles son los temas y los autores que te inspiran?

Me gusta el terror, lo místico, la muerte y el sueño. Admiro mucho a Mónica Ojeda, a Emily Brontë, a Emily Dickinson y a Julio Cortázar; también disfruto a Elena Garro, a Sylvia Plath y a Juan Vicente Melo. El hambre, el suicidio y la desolación me llaman la atención de sus escritos.

RCA: ¿Cómo fue que te decidiste a participar en LuchaLibro?

Me salió la publicidad varias veces en Facebook. Lo tomé como una señal para probar qué tan sencillo podría ser improvisar una historia con elementos aleatorios. Ya llevaba un par de meses retomando la escritura y vi la oportunidad como un incentivo para seguir creciendo.

RCA: ¿Cómo fue tu experiencia en LuchaLibro y cómo te motivó para seguir escribiendo?

La competencia fue muy interesante. Utilizar máscaras, un seudónimo de luchador y que ni siquiera conociéramos nuestros nombres reales aún tras bambalinas le daba más tensión al concurso. Gaby y su equipo fueron muy amables. Tuve que prepararme un rato. Entrené, podría decirse. Gracias a LuchaLibro me empapé de este género y descubrí otra faceta en la narrativa que puedo llegar a crear.

RCA: ¿Siendo una joven escritora, qué representa asistir y participar en la Fenal?

Considero que es un espacio de encuentro entre diferentes lectores, el cual permite hacer un intercambio de ideas y promueve un ambiente de comunidad. Me ayuda a conocer lo que están haciendo otros artistas, no solo escritores en la ciudad.

Instrucciones para el último baño

Una vez escuché, leí… o tal vez vi, que morir ahogada era la manera más noble de dejar de existir. Al cuerpo se le difumina el alma entre dos elementos: la sangre, pesada en la memoria, se ablanda gracias al prejuicio puro del agua. Balanceando las temperaturas de ambas sustancias, según el criterio propio, podemos acercarnos a un ensueño si preparamos nuestros cuerpos. Para llegar a este punto, es necesario recorrer diferentes escenarios espirituales, no importa donde hayas comenzado, todxs partimos de la ignorancia.

Es tu decisión si optas por gastar en los servicios de un muchacho ojeroso y tatuado, que seguramente en cada sesión se apoyará del diccionario de símbolos más cercano. Quizás, hablará de manera pausada y te recalcará en cada oración que “la combinación de tus cartas es muy interesante”. Solo procura no frecuentarlo muy seguido, terminarás pagando las cervezas también. Tampoco frunciré el ceño si me dices que comenzaste leyendo el horóscopo del periódico vespertino, menos si priorizaste el de tu pareja sobre el tuyo. Así inició la chica que tiene cita hoy a las seis. Y por fin, después de meses en la lista de espera, ya le toca.

Se llama Regina. Aparenta unos veintidós, pero ya pasa de los treinta. Tengo entendido que trabajó en Presidencia varios años. Llegó aquí con una carga energética muy pesada. A simple vista, parecía una persona limpia. El perfume de la mañana la perseguía hasta la hora de fumar, sin embargo, había detalles que la delataban. El cabello, muy bien peinado, tenía orzuela. La camisa blanca que usaba, en lugar de iluminarle el rostro le contrastaba las ojeras. Yo creo que le pesaban tanto que ni la mirada podía despegar del suelo. Tenía las uñas disparejas: unas rotas, las de los pulgares mordidas, algunas con restos de esmalte.

En la primera visita me tocó darle el recorrido por las instalaciones. Le mostré las salas de meditación. Como era marzo, estaban pintadas las paredes de naranja. La terraza apenas la estaban acondicionando, solo pudo observar cómo las macetas de malvas resistían al polvo de las obras. Vio los cuartos en silencio, hizo unas cuantas preguntas sobre el procedimiento y cada que salíamos de una habitación, empujaba con la mano abierta las puertas de madera, como si tratara de asegurar que las puertas estuvieran bien cerradas.

En ese entonces los baños del segundo edificio ya estaban acondicionados. Creo que no te lo he comentado, pero esas tinas fueron restauradas por el hijo de Socorro, la hermana de la dueña. Él mismo las consiguió de varias casas abandonadas, en su trabajo no les importó. El muchacho tenía un amontonadero de porcelana en la cochera y conforme iba reparando las piezas fue trayéndolas de una en una hasta acomodarlas en los cuartos rojos. Como has visto, en el edificio no hay muchas puertas. Las habitaciones se conectan y es muy fácil apreciar lo que hace el vecino. Una tiene que aprender a que se le quite lo fisgón si desea pasar por ahí. El único baño que tiene la privacidad necesaria es el último, el que tiene la tina en forma de corazón.

Se había planeado que también fuera rojo, sin embargo, los materiales no alcanzaron. Mandaron comprar el material que se necesitaba, pero el muchacho del encargo se confundió y trajo los materiales en rosa. Al menos combina, además sirve de pretexto para elevar un poco el precio del paquete. Aunque, he de confesar que es un poco más difícil de limpiar. Por eso siempre huele a cloro.

Regina lo notó. Acababa de explicarle los diferentes métodos que utilizamos para garantizar un descanso seguro en cuerpo y alma. Le iba a pasar un folleto que contenía las etapas y reglas de las habitaciones cuando decidió ignorarme. Atravesó tres cuartos, sin preguntar se dirigió al baño rosa. Tocó la puerta con la palma extendida, esperó a que estuviera atrás de ella y abrió la puerta: “Quiero sanar aquí”. Dijo y pagó un adelanto.

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Las Casas Vacías de Brenda Navarro

Por: Margarita Vázquez La Fenal 31, dentro de su muy diverso programa, cuenta con presentaciones editoriales como la de Casas Vacías, primera novela de la escritora Brenda Navarro. Publicada inicialmente de forma digital y gratuita por la editorial Kaja Negra en 2018, fue tanto su éxito que en 2019 fue reeditada en formato físico y digital por la editorial Sexto Piso. Brenda Navarro nació en la Ciudad de México en 1982 y vive desde hace algunos años en España, es socióloga, economista feminista y fundadora del #EnjambreLiterario, un proyecto editorial enfocado en publicar obras escritas por mujeres.En entrevistas Navarro menciona que empezó a escribir la novela en 2013 en un México marcado por las desapariciones. Para ese entonces ya se hablaba y escribía de la guerra contra el narcotráfico, pero como menciona una de las voces narrativas de la novela: “Se hablaba de sangre, de asesinatos, de cifras, pero nadie hablaba de nosotras. Nuestros hijos desaparecían al doble, una vez físicamente, otra, con la indolencia de los demás”. Justo eso es lo que narra Brenda Navarro: un relato íntimo de las madres. Casas Vacías está escrita desde dos voces narrativas que funcionan como monólogos desde un flujo de conciencia. Las voces son de dos mujeres atravesadas por el mandato de la maternidad, una desde la imposición de esta y otra desde su constante búsqueda. No sabemos los nombres de las protagonistas, pero una es la madre de Daniel, un niño autista de tres años al cual pierde en un parque, y la otra es la mujer que tenía tantas ganas de tener un hijo que se roba a ese mismo Daniel, quien para ella es Leonel. En 164 páginas Navarro logra entrelazar, a partir de la vida de estas mujeres, un país de desaparecidos e injusticia estructural, la violencia machista y el feminicidio que cruza fronteras, las reales e incómodas dificultades que implica la maternidad, y la constante soledad de dos mujeres que llevan el dolor de la ausencia a cuestas. Finalmente, las casas vacías que propone y de las que escribe Brenda Navarro son las mujeres.No te pierdas esta presentación editorial junto a la autora el día  jueves 01 de octubre a las 12 horas en la plataforma de fenal.mx  y recuerda que podrás adquirir Casas Vacías en la tienda virtual de la Fenal. #SíHayFenal#NosLeemosDesdeCasa

Pequeños escritores y escritoras presentan el libro Hazle al Cuento

Seleccionados de entre 111 trabajos, las y los seis ganadores, así como las menciones honoríficas del 29° Concurso Estatal de cuento por y para niños ‘Hazle al cuento’ presentaron sus textos delante de 139 personas en la 34° Feria Nacional del Libro de León. “Detrás de cada uno de estos escritores siempre hubo una mamá o un papá que con todo y que llegaba tarde y cansada del trabajo le contaba historias o los traía a la feria y les compraba libros, y le creaba un entorno agradable para leer (…) ustedes deben abrazarse y felicitarse también”, dijo la directora general del Instituto Cultural de León, Lisette Ahedo Espinosa, durante la premiación. En la categoría 1, para niñas y niños de 6 a 9 años, se recibieron 50 textos, de los cuales el jurado determinó los siguientes ganadores: El color de los besos, de Luz Carmen Corona; Letras viajeras, de Ian Emilio Quezada, y La isla de Pascua, de José Adrián Ontiveros. De igual forma, se otorgaron dos menciones honoríficas, la primera fue para Melissa Peña por El jaguar de Kukulcán y la segunda a Daniel Aarón Arroyo por La bailarina de ballet. En la segunda categoría se recibieron un total de 61 textos elaborados por niñas y niñas de entre 9 y 12 años, de los cuales resultaron ganadores: Yulianna Jiménez, Gibrán García y Ania Estibaliz Galindo, con las obras ¿Realmente soy yo?, Receta para la felicidad y Mi monstruo interior, respectivamente. Las menciones honoríficas fueron para Brianda Lizbeth Contreras por Mi peor día y para Alexander Contreras por el cuento El otoño no ha llegado. El jurado en esta ocasión estuvo conformado por Laura Patricia Pizano Barragán, Karla Janet Sansores Montejo y Mario Montaño Romero beneficiarios vigentes del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y que participan en cumplimiento con el Programa de Interacción Cultural y Social. Los cuentos ganadores se publicaron en una antología impresa, misma que se podrá conseguir de manera gratuita en el stand del ICL dentro de Fenal, del 12 al 21 de mayo o hasta agotar existencias. ‘Hazle al cuento’ es un proyecto del Instituto Cultural de León, a través de la Feria Nacional del Libro de León, con el que se incentiva la creatividad y habilidad lectoescritora en la infancia guanajuatense. Durante el mismo evento, en el marco de la Fenal 34, el Lic. Jesús Jonathan Muñoz González, director general de Educación, entregó los premios a las y los ganadores del certamen ‘Niños y Niñas Escritores’, donde aprovechó la ocasión para felicitar y agradecer a las y los bibliotecarios que todos los días trabajan por impulsar el interés por los libros y actividades relacionadas a estos, pues ellos son también pieza clave de este certamen. Ambos programas, ‘Niños y Niñas Escritores’ y ‘Hazle cuento’, persiguen objetivos de la administración municipal encabezada por Alejandra Gutiérrez, bajo la bandera Vivir Mejor del plan de gobierno. La programación completa de Fenal 34, así como todos sus detalles y actualizaciones, pueden consultarse en www.fenal.mx.

Experiencias plasmadas en papel

En la categoría de cuento corto de los Premios de Literatura, Iván Medina fue reconocido con mención honorífica. “… Lo único que puede parar a la escritura sería la muerte, de lo contrario, puedes seguir imaginando y creando”. Te presentamos a Iván Medina, mención honorífica en la categoría de cuento corto de los Premios de Literatura León 2022 y autor de los libros: En cualquier lugar fuera de este mundo (CONACULTA 2012), Más frío que la muerte (UAM 2017) y Lugares Ajenos (BUAP 2020), además es autor de varios textos y colaboraciones en revistas como Granuja y la revista de la Universidad Autónoma de México. Iván es un artista multifacético que goza de la recopilación de conocimiento e información de su entorno. RCA: Iván, ¿Qué te motiva a escribir actualmente? Es diverso, no hay una sola respuesta, me motiva el expresar mi descontento, experiencias, enojos, satisfacciones y alegrías. No hay algo en particular (…) Escribo de acuerdo con lo que siento y lo que me llegue en ese momento de sentarme a escribir. RCA: ¿Cómo fueron tus inicios como autor ? Nació como algo fortuito. Me gusta mucho la música y por años me he dedicado a ella. Cuando estaba estudiando la carrera en Ejecución de Guitarra, para los sones escribía la décima espinela (una composición poética española muy arcaica), ahí fue donde comencé a escribir pero con la intención de recitar al momento de hacer fandangos. (También) Mientras estudiaba otra carrera se abre una convocatoria intercampus de literatura, ya tenía reparadas algunas décimas y las mandé, para mi sorpresa gané el primer lugar en poesía. Posteriormente, me entero de una convocatoria de la Revista Opción, mando una pequeña crónica y me lo publican, entonces me di cuenta que tenía algo que decir. RCA:¿Qué es lo que te llevó a ser artista? Decir artista es un concepto muy amplio. Yo ya componía, tocaba música y había participado en eventos musicales. En el ramo de la fotografía había obtenido algunos premios. Ahora que me estás preguntando, podría decir que era un artista por mi participación en la música y la fotografía, pero llegó con mayor fuerza la literatura para poder consolidarme como uno. RCA: ¿Te ha costado trabajo consolidarte?, ¿a qué retos te has enfrentado? Es un problema el darte a conocer y vivir de eso. Me acaba de llegar un correo de una revista de Ciudad Juárez, me habían elegido un cuento y me acaban de decir que ya no me van a publicar porque ya está publicado en otro lugar. En los concursos es diferente, porque ahí sí estoy de acuerdo que las obras sean inéditas (aunque) también es importante mencionar que necesitas de las revistas para darte a conocer. Otro problema ha sido llegar a las editoriales, generalmente no te publican porque buscan autores de peso. RCA: ¿Qué temas y autores te han inspirado? La lectura es muy importante, sin embargo, estoy más con la idea de Vygotsky y de Bajtín, que hablan más de la cuestión de la experiencia. La experiencia sobre la lectura. En cuanto a las temáticas que trabajo, son diversas. Estudié Relaciones Internacionales, hay un sinfín de asuntos con tintes políticos y sociales que afectan a la comunidad y de los que me inspiro. También la música tiene mucho que ver, yo creo que eso me ayudó a escribir de una manera diferente a una formación literaria. RCA:¿Cuál fue tu sentir al saberte parte de los Premios de Literatura León 2022 ? Fue de alegría, sorpresa y satisfacción, de sentirme reconocido ante mi labor literaria. RCA: ¿De qué va tu obra y qué necesidad satisface para ti como artista? Almendra surge de la intención de querer honrar la existencia de uno de los lugares míticos de la Ciudad de México, el Salón México. Construir una nostalgia de ese momento pasado que está ligado con la música y sobre todo con las intertextualidades, con el danzón y la obra de José Revueltas. Yo quería honrar tanto la música del danzón como al Salón México. Y así surgió, de repente reunes las ideas, lo cocinas en tu mente hasta que algo detona. RCA: ¿Qué representa para ti presentar tu pieza en Fenal 33? Es una satisfacción muy grata. Me siento honrado que reconozcan mi labor literaria. Además, siendo un estudiante del Doctorado en Literatura de la Universidad de Guanajuato, me siento con doble orgullo y me da los incentivos para seguir escribiendo y conocer a los nuevos escritores. RCA: Una pregunta extra para terminar ¿En qué estás trabajando actualmente? Estoy en espera de algunos dictámenes, tengo material de dos libros, espero sea positivo cualquiera de los dos son dos obras diferentes. Tengo algunas ideas que se están cocinando, pero insisto, este reconocimiento me da nuevos bríos para seguir creando y seguir. Yo creo que esto lo único que lo puede parar sería la muerte, de lo contrario, puedes seguir imaginando y creando todo con base a la imaginación y tus propios límites. Schack (Fragmento) El ajedrez no es como la vida… Es la vida. Justo como el teatro. Fernando Arrabal A Robert Fischer Seguido me veía ante mi contrincante observando el tablero. Yo jugaba con las piezas negras, aunque siempre opté por las blancas. Sus movimientos daban prueba de un arte tan exacto igual al del músico o el del pintor, donde todo cambia, los colores, las densidades, hasta el ritmo del aliento, y donde nos encontramos con la muerte o lo divino. Cuando a punto estuve de acometer el ansiado jaque mate, escuché a alguien llamarme con insistencia. En momentos cuando mis alucinaciones me perdían, era la voz de Inger quien con su ternura me rescataba de… entre las penumbras; aquel extraviado lugar, llamado caos. Arribé a Passau para participar en el campeonato del mundo de ajedrez, el “match del siglo”, y de inmediato sentí mi renacer. La ciudad de los tres ríos me acogió en su cauce. Mis sueños deshilachados junto a lo que había creído merecer fluían en esas aguas. Me maravillé, su belleza dependía tan poco de los recuerdos, ya fueran míos o históricos; la ciudad parecía renacer cada mañana. Todavía, cuando nostálgicamente vuelvo el rostro, puedo observar algunas de las viejas tabernas a donde concurrí en mi adolescencia en estado de embriaguez, y me atrajeron con su lindura desposeída los vicios carnales. Esta vez me instalé en casa de Emanuek Lasker, iniciado como yo en el ajedrez, aunque él instruido por su padre quien lo fogueó al llevarlo a los cafés donde ganaba dinero apostando en sus partidas. El estilo Lasker es enojosamente seco, aun así, vale la pena verlo y dejar sentado en los hechos sus grandiosos gambitos. Entre sus movimientos se olfatea la hilera de tardes donde atado de la cintura por el lazo ceñido por su progenitor, el padre se bebía en cerveza de trigo, las monedas ganadas mientras el hijo con furia mordía hasta al más audaz contrincante. Sentado ante el tablero, en una exhibición en un club de ajedrecistas, me han tocado las piezas negras, recurrentes en mis pesadillas. A lo lejos veo a un grupo de estudiantes y pienso en el camino recorrido por la intimidad de otras épocas. De repente, siento unos dedos descansar en mi hombro, me extienden la portada de un libro de ajedrez, Juicio y planteamiento de Max Euwe, y me piden un autógrafo. La mujer es hermosa, aunque aún adolescente. No sé si sea prudente invitarla a coger. Firmo el libro y se retira. Mi contrincante, Gari Kasparov, se impacienta. Percibo en esos sus ojos capaces de divisar el fondo del alma, la urgencia por expresarse en el juego. Bruscamente él se halló en medio de un inmenso campo de batalla, donde había que hacer frente en todas direcciones. Gano la partida con el desarrollo de la defensa holandesa, eminentemente agresiva. No soporto el engreimiento de los grandes maestros rusos como al bebedor de Sibirskaya, Alexander Alékhine. Ligero me retiro de allí, la mujer del autógrafo me guiña el ojo. Él seguía sentado, alta la cabeza, girándole los ojos similares a constelaciones desorbitadas en el universo del tablero.