INSTITUTO CULTURAL DE LEÓN
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10 razones para visitar Fenal 33

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Fernanda Jasso

La Feria Nacional del Libro de León, Fenal 33 te espera en el Poliforum León a través de sus seis salas: Efraín Huerta, Sor Juana Inés de la Cruz, Jorge Ibargüengoitia, María Grever, Rosario Castellanos, Efrén Hernández, entre otros espacios como las aulas de los talleres infantiles y talleres juveniles, el Patio de los Cuentos, y el Telón de la Palabra.

En esta edición, y a partir del 1 al 8 de julio, te esperan más de 100 actividades literarias, artísticas, talleres y concursos presenciales.

A continuación, te presentamos las 10 razones por las no te puedes perder la Fenal 33:

1. La feria de la literatura más importante del Bajío regresa con un formato presencial y sede única en el Poliforum León, cuenta con estacionamiento gratuito, áreas de comida y con una excelente ubicación para trasladarte de forma segura y rápida en el transporte público.

2. Nuestro programa se encuentra disponible a un clic en la página web fenal.mx o en nuestras redes sociales: Facebook @fenaloficial, Twitter e Instagram: @fenalmx y Tiktok: @FenalMx

3. La entrada es gratuita para todo el público y no necesitas registro previo para asistir a nuestras actividades.

4. ¡Las actividades son para todas las edades!, talleres de dedicados a los pequeños del hogar, a los chavos y chavas, así como las actividades del programa artístico para compartir en todas las edades.

5. ¡Más de 20 talleres gratuitos para niños, niñas!, cien por ciento presenciales y podrás asistir de lunes a domingo. Aprende a ser un detective con Lucy y mucho ojo con las pistas, explora ser un pequeño científico o en el laboratorio de Sherlock Holmes y descubre los misterios de la calle más aburrida del mundo.

6. Las presentaciones editoriales provienen de distintas temáticas así expandirás tus horizontes entre la ciencia, la tecnología, el terror y la fantasía.

7. ¿Fan del terror y la fantasía? Disfruta y explora en nuestras presentaciones editoriales con la participación de Bef, Antonio Malpica, Alberto Chimal, entre otros.

8. Disfruta de las actividades finales de las convocatorias nacionales de improvisación literaria LuchaLibro y el concurso de promoción de la lectura y escritura Érase una vez RAP, en colaboración con LuchaLibro México y Un colectivo, respectivamente.

9. ¡Se acercan las lluvias en el corazón! Y en compañía de la joven escritora Flor M. Salvador nos adentramos en el romance a través de su presentación editorial: Boulevard.

10. Acompañemos a Mónica Lavín en los Últimos días de mis padres y Alberto Villarreal en Aquí no hay sed en sus presentaciones editoriales en compañía de Caloncho & El Cursi, que forman parte de nuestro programa editorial ¡aparta la fecha!

Bonus

11. Forma parte de la celebración, de la Sra. Luz de Lourdes Arena de Orozco, quien obtiene este año el Reconocimiento Compromiso con las Letras por su labor en crear la posibilidad de aprendizaje y el desarrollo en espacios para niños y niñas que participen en talleres educativos, artísticos y culturales.

No existen excusas para no asistir a la Feria Nacional del Libro en León, Fenal 33. Te esperamos en compañía de tu familia, tus amigos y amigas a formar parte del evento más importante de la literatura en el municipio de León, ¡consulta el programa y visítanos!


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Desarrolla tus habilidades en creación literaria

Las y los amantes de la escritura tendrán un nuevo espacio para poner en práctica sus habilidades creativas, así como aprender o desarrollar diversas herramientas en la generación de textos literarios.La Casa de la Cultura Efrén Hernández arrancará este 20 de marzo un taller artístico sobre Creación Literaria dirigido a adolescentes y adultos con un formato digital.Las clases serán sabatinas con 10 sesiones en un horario de 11:00 a 12:30 horas; el cupo máximo es de 15 personas y su costo total es de $306 pesos.Las clases serán impartidas por Ulises Torres Díaz, actual coordinador de la Casa de la Cultura Efrén Hernández, ganador de la presea Flor de Plata en 2019 de los XLIX Juegos Florales Nacionales de San Juan del Río, Qro., en la categoría de composición gracias a su poemario Ecos de la Pareidolia. Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, se desempeñó como profesor de Creación Literaria en el tutelar de menores y el Centro de Rehabilitación Social de León, además de haber formado parte, en tres ocasiones, de los Seminarios para las Letras Guanajuatenses y como tallerista en la Fenal. Su obra ha sido publicada y compartida en espacios como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Palacio de Minería, UNAM y la Universidad Autónoma de México.Si deseas participar, puedes inscribirse a través del correo electrónico ccefrenhernandez.icl@hotmail.com. Para mayor información, puedes escribir a este mismo correo o bien contactarte con la Casa de la Cultura al teléfono 477 779 6334.

Historias de valor para la infancia

Texto Edgar A. Aguirre VegaDiversa es una de las tantas palabras con las que hoy en día podríamos definir a la literatura. ¡Maravillosa diversidad! Y así como en lo es en general, también en lo particular; pues cada uno de los géneros aborda y emplea numerosas formas y formatos para presentar sus variados contenidos. La literatura infantil, por ejemplo, ha evolucionado, ha dejado de ser un género pequeño y de simple ocio para entrar a las grandes ligas, se ha vuelto un abanico de enormes posibilidades, una industria que ya no da marcha atrás.Podemos acercarnos a valorar los libros infantiles y juveniles desde diferentes parámetros, como el histórico, el literario o el ideológico, pues las funciones de la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) pueden resumirse en tres: iniciar el acceso a la representación de la realidad compartida por una sociedad, desarrollar el aprendizaje de las formas narrativas y servir como vehículo comunicativo y socializador de las nuevas generaciones.1 Aunque no siempre fue así; en América Latina, en la época precolombina, la oralidad fue la principal herramienta para que niñas y niños conocieran las historias que rodeaban a sus pueblos, mitos y leyendas eran compartidas pero sin ser realmente un producto para las infancias. Lo mismo sucedió en la Colonia, pues el sincretismo cultural únicamente propició el surgimiento de relatos como las fábulas moralizantes y sus objetivos puramente adoctrinantes. Durante la época de la colonia se trajeron libros infantiles impresos en España con un carácter pedagógico con el fin de educar a la infancia. Eran libros que presentaban valores patrióticos, morales y religiosos con niñas y niños modelos, obedientes y estereotipados. Solo a finales del siglo XIX encontramos a los verdaderos precursores de una literatura infantil auténtica que van a cambiar la sensibilidad y el modo de escribir. Van a aparecer ahora unos libros de carácter estético cuyos autores consideran al niño como receptor de estas lecturas. Estos nuevos escritores van a impulsar una literatura más libre protagonizada por niños reales que viven situaciones comunes a la realidad de Latinoamérica.2 La conciencia y plena visibilidad de la infancia y de lo que ésta representa permitió también la aparición de grandes figuras como el cubano José Martí, considerado el creador de una literatura infantil con rostro propio, escribiendo directamente a niñas y niños a través de La Edad de Oro, revista mensual que estaba «dedicada a los niños de toda América para que sepan cómo se vivía antes y se vive hoy en América y en las demás tierras». Los cuentos y poemas de José Martí constituyen un hito en la literatura infantil latinoamericana porque consideró al niño como receptor de lecturas. «Los niños saben más de lo que parece» escribe Martí estableciendo el perfil del niño al que se dirige: curioso, activo y con una capacidad receptiva superior a la que por entonces el sistema escolar tenía en cuenta.3 Así, en una larga lista y una extensa historia, se suman destacados precursores de esta literatura infantil latinoamericana: Rafael Pombo (Colombia), Monteiro Lobato (Brasil), Marcela Paz (Chile), Nicolás Guillén (Cuba), Carmen Lyra (Costa Rica), Joaquín Gutierrez (Costa Rica), Gabriela Mistral (Chile), Rubén Darío (Nicaragua), Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri (México), Rafael Rivero Oramas (Venezuela), Pascuala Corona (México), Horacio Quiroga (Uruguay), Constancio C. Vigil (Argentina), José Sebastián Tallon (Argentina), Aquiles Nazoa (Venezuela), Óscar Alfaro (Bolivia) y Juana de Ibarbourou (Uruguay). Es tal la relevancia y el valor que este tipo de literatura ha logrado a través del tiempo, que desde 1967 —cada 2 de abril y coincidiendo con el nacimiento de Hans Christian Andersen— se celebra el Día Internacional del Libro Infantil, fecha instaurada por IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil), colectivo internacional que busca un mejor entendimiento entre los pueblos a través de la literatura infantil, así como garantizar el acercamiento de la infancia a los libros. Anualmente, IBBY México publica una guía de libros infantiles y juveniles, una herramienta útil para quien desee identificar lecturas para el hogar, el aula o la promoción de la lectura. La lista se realiza a través de leer, evaluar y seleccionar novedades enviadas por las editoriales a un Comité Lector, y es clasificada por etapas: pequeños lectores, los que empiezan a leer, los que leen bien y grandes lectores. Además de la ficha bibliográfica, se integran la sinopsis, comentarios, temáticas, premios o reconocimientos, y un distintivo a aquellos catalogados como favoritos del comité. En 2023, por ejemplo, la guía —en su edición 35— destaca el trabajo de escritoras y escritores como Abigail Rodríguez Contreras (México) con Arrullo de luciérnagas. Nanas en lenguas originarias de Puebla, ilustrado por Amanda Mijangos y Armando Fonseca; María Baranda (México) con Buscando a Sapo, ilustrado por Mariana Roldán; Micaela Chirif (Perú) y El mar, con ilustraciones de Armando Fonseca, Amanda Mijangos y Juan Palomino; Alexandra Castellanos Solís (México) con Gigante; José Ignacio Valenzuela (Chile) con ¿De qué color es tu sombra?, ilustrado por Pamela Medina; Verónica Prieto (Chile) con En la verde colina, e ilustraciones de Scarlet Narciso; Clementina Equihua (México) y ¿Cómo se protegen?, ilustrado por Amanda Mijangos; Roger Ycaza (Ecuador) con Clic; Cecilia Pisos (Argentina) con Coplitas con Preguntón, ilustrado por Eleonora Arroyo; Gabriela Olmos (México) con El sueño de los dioses y otros cuentos huicholes, ilustrado por José Benítez Sánchez; John Fitzgerald Torres (Colombia) y la ilustradora Paula Ortiz con La luna es un renacuajo; Verónica Murguía (México) y Mi monstruo Mandarino, con ilustración de Dani Scharf; Eduardo Otálora Marulanda (Colombia) y Mi primer Quijote, ilustrado por Paola Acevedo; Monique Zepeda (México) con Nicolás dos veces, ilustrado por Cecilia Rébora. El camino ganado no es cosa fácil, mucho menos con la brutal competencia que existe hoy en día en prácticamente todos los ámbitos. El papel de las editoriales es fundamental y notorio, la calidad de contenidos, formatos y, por supuesto, escritores e ilustradores es vital. A lo largo de Latinoamérica, existen casas editoriales y sellos que accionan y abonan al desarrollo de la literatura infantil, de entre ellas, los siguientes ejemplos: En México, Ediciones El Naranjo, Petra Ediciones, Ediciones Tecolote, Alboroto Ediciones y el Fondo de Cultura Económica con su colección A la orilla del viento; en Argentina, Pequeño editor, Limonero Ediciones, Editorial Ojoreja, Ediciones Iamiqué y Ediciones Urano; en Venezuela, Ediciones Ekaré y Playco Editores; en Colombia, Babel Libros, Editorial Tragaluz, Editorial Rey Naranjo, LuaBooks, Grupo Educar, Editorial Monigote y Cataplum Libros; en Brasil, Pallas Editora; en Chile, Editorial Amanuta y Editorial Forja, y en Perú, Editorial Crecer. Mientras que SM, Planeta, Penguin Random House, Libro del Zorro Rojo y Norma Editorial son algunas que no pertenecen al continente, pero sí mantienen una fuerte labor editorial dentro del territorio. Hoy, sin duda, una de las más sanas y robustas comunidades es la de la edición infantil, amplia, heterogénea y muy creativa, porque en ella se desarrollan muy diversos perfiles editoriales y porque el libro como objeto se interviene, a diferencia de otros sectores, de manera que pueda reunir distintos lenguajes para encantar y deleitar al lector. No solo el texto ocupa un lugar preponderante, sino que las ilustraciones, el diseño y el soporte mismo hacen parte de la mirada del editor. Por eso, cuando hablamos del tradicional oficio de editar, en el caso de los libros para niños, nos estamos refiriendo a una tarea más poliédrica y compleja.4 El valor de la literatura infantil es innegable, aunque también lo es la delgada línea de lo que se puede y no considerar como tal; las estructuras, temáticas, formatos y necesidades hacen que exista una enorme, muy enorme —y quizás hasta peligrosa— diversidad de productos, muchos de los cuales no ofrecen ni contribuyen a objetivos como la formación de lectores o el acercamiento a una literatura de calidad, sino que buscan fines meramente comerciales. …¿Y qué cosa es una literatura de calidad? Yo creo que es la que enseña a confiar a los niños en la palabra y que los adentra en el mundo del lenguaje, en la construcción del sentido a través de la palabra. Por eso es importante no caer en la idea de que porque los niños lean vayan a ser mejores personas o por alguna aproximación al libro va a haber un efecto mágico que nos convierta en algo mejor de lo que somos. Los libros no nos eximen del trabajo sobre nosotros mismos y de la responsabilidad que tenemos hacia los niños. Parte de esa responsabilidad es producir, escribir e ilustrar libros de calidad: que fomenten el espíritu crítico, que permitan un ejercicio de la libertad creativo, que convoquen a los lectores a forman parte, sin caer en lo panfletario o en lo didactista5, menciona la escritora peruana Micaela Chirif. Los retos siguen siendo muchos, pero la distancia recorrida y los avances son abismales en comparación con algunas décadas atrás. Los pabellones y programaciones infantiles en las ferias de libros son fundamentales y necesarios; la Feria Nacional del Libro de León, Fenal, es un claro ejemplo de ello —basta recordar que inició como Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil en 1990—, donde edición con edición se busca abordar y atender a la niñez con perspectivas que permitan la reflexión, el análisis y el entretenimiento a partir de las letras. El panorama de la literatura infantil en Latinoamérica se ha consolidado y ahora es protagonista en infinidad de espacios; acerquémonos. Referencias 1La literatura infantil y juvenil en las bibliotecas: fomentando el cuidado de la infancia | Extensión Universitaria en Sevilla | UNED. (s. f.). https://extension.uned.es/actividad/idactividad/32257 2Al. (2013, 30 julio). Informe LIJ. Precursores de la Literatura Infantil y Juvenil en América Latina. OBJETO:LIBRO. https://objetolibro.wordpress.com/2013/07/27/informe-lij-precursores-de-la-literatura-infantil-y-juvenil-en-america-latina/ 3Ibid. 4Team, L. (2023, 21 mayo). Edición de libros para niños, un contexto particular - Latin American Literature Today. https://latinamericanliteraturetoday.org/es/2023/03/edicion-de-libros-para-ninos-un-contexto-particular-2/ 5Sáliche, L. (2019, 15 noviembre). La literatura infantil y juvenil en América Latina, en la mirada de tres autores. Infobae. https://www.infobae.com/america/cultura-america/2019/11/15/que-momento-atraviesa-la-literatura-infantil-y-juvenil-en-america-latina/ -Editor Anonimo. (2023, 30 marzo). Las mejores editoriales infantiles de Latinoamérica - Editoriales Infantiles2022. Editoriales Infantiles. https://www.editoriales-infantiles.com/mejores-editoriales-infantiles-de-latinoamerica/ -Literatura infantil latinoamericana, Fanuel Hanán Díaz. (s. f.). https://www.dondevivenloslibros.com/2011/08/literatura-infantil-latinoamericana.html -Guía de libros infantiles y juveniles IBBY México 2023, https://www.ibbymexico.org.mx/wp-content/uploads/2023/03/Guia_IBBY-Libros_2023.pdf

Cristina Rivera Garza: en constante diálogo con la tradición

Texto de Margarita VázquezEste año, en la edición 31 de la Fenal, el Reconocimiento Compromiso con las Letras será otorgado a Cristina Rivera Garza, narradora, cuentista, poeta, crítica, ensayista y académica que coordina el primer doctorado en Escritura Creativa en español en Estados Unidos, en la Universidad de California; además es una de las voces más relevantes en la literatura mexicana contemporánea. Cristina Rivera Garza nació en 1964 en Matamoros, Tamaulipas. Toda su vida ha sido un ir y venir entre las fronteras geográficas y de géneros literarios. En 1984, a los veinte años y mientras estudiaba sociología en la UNAM, ganó el primer lugar en el concurso Punto de Partida, en la categoría de poesía. Este sería el primer antecedente formal en su fructífera y variada carrera como escritora. Posteriormente, fue acreedora al Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí en 1987, el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero en 1997, el Premio Nacional Juan Vicente Melo en 2001,  el Premio Anna Seghers en 2005, el Premio Excelencia en Las Letras José Emilio Pacheco en 2017 y ha sido en la única escritora en ganar el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en dos ocasiones, en 1997 y en 2009. En el formalismo ruso el "extrañamiento" es la presentación de objetos cotidianos en versiones inesperadas que sacuden la comodidad del lector. Este "extrañamiento" se puede ver en la obra de Cristina rivera Garza, así como la sutilidad con la que aborda la historia, teoría, estética y un quehacer literario propio, como en las novelas Nadie me verá llorar (1999), donde combina una investigación histórica con su trabajo literario; La cresta del Ilión (2002), con el abordamiento de la memoria poética de Amparo Dávila; La muerte me da (2007) con la novela negra y la figura de Alejandra Pizarnuk, y en El mal de la taiga (2012), a través de la densidad de os afectos. En una de sus novelas más conocidas, Había mucha neblina o humo o no sé qué (2016), dialoga con Juan Rulfo buscando más allá de la figura mítica del autor y en su más reciente libro Autobiografía del algodón (2020), “retoma el paso del entonces joven escritor José Revueltas en el noreste de México y su labor como organizador de huelgas de trabajadores agrícolas en la década de 1930”. En estos dos libros, se puede ver otra de las características de su obra: un diálogo constante con la tradición y con sus propias genealogías lectoras. Así mismo, una (re) escritura de la Historia a través de la historia con hache minúscula.El Reconocimiento Compromiso con las Letras es el máximo galardón entregado por la Fenal. En años anteriores este premio ha sido otorgado a Élmer Mendoza, Antonio Malpica, Amparo Dávila, Eugenio Aguirre, Margo Glantz y Juan Villoro; autoras y autores con una trayectoria y una obra de primera. Sin duda, Cristina Rivera Garza, tiene más que merecido este reconocimiento por ser una de las escritoras más originales de la literatura mexicana y con un corpus que podría definirse como: una (re) construcción de la memoria que cruza límites y en la que vale la pena sumergirse.